En mi caso, "el día de la marmota" es la expresión que suelo utilizar cuando se sucede algún hecho recurrente, o cuando tengo esa extraña sensación de que algo ya lo he vivido (lo que otros llamarían "déjà vu" pero que yo nunca sé cómo pronunciar).
Volviendo al tema, tradicionalmente los granjeros norteamericanos observaban el comportamiento de las marmotas para tratar de predecir el final del invierno, a saber: si la marmota salía de la madriguera y "veía su sombra", esto es, el día era soleado, probablemente se daría la vuelta y entraría de nuevo en la madriguera. Esto significaba que quedaban seis semanas más de invierno. Si, por el contrario, el día era nublado y no había sombra, el invierno tocaba a su fin.
El método parece un tanto rebuscado. A mi parecer, si solo depende de que el día sea soleado o nublado, sobra marmota y todo bicho viviente. Pero ya sabemos que a los americanos les encanta mantener las costumbres más peculiares.
Esta tradición folclórica y toda su parafernalia se repite en múltiples poblaciones de EEUU y Canadá, aunque quizá la mas famosa sea la del pueblo impronunciable de Punxsutawney, Pensilvania, donde además se desarrollaba la propia película "Atrapado en el tiempo". Allí, la marmota Phil es la protagonista absoluta cada 2 de febrero.
Y por cierto, la predicción de este año 2015 dice que aún nos quedan seis semanas más de invierno. Aunque por otras latitudes del país ya estamos disfrutando de un tiempo primaveral.
¡Feliz día de la marmota!
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